sábado, 4 de agosto de 2012

Shit Happens


Concluida la temporada del kiwi allá por el 8 de junio, la Manager de la packhouse nos ofrece a mi y a mis hermanas continuar trabajando en la empresa. Flor y yo aceptamos con gusto, ya que serían nuestro último mes de trabajo y permaneceríamos en la misma posición. En el caso de Maru, considerando que ella estaba en el ingreso de fruta y esta función ya no era necesaria, pero teniendo en cuenta que nosotros nos quedábamos, le ofrecieron ir a trabajar a la línea en el reempaque de la fruta. Ella no estaba muy contenta con su nueva posición, pero era eso o nada…por lo menos en esta empresa.
El primer día vino totalmente desmotivada, y al cabo de una semana y sabiendo que ya había ahorrado bastante gracias a largas jornadas durante la temporada, tiro el “no va massss!” y renunció el martes 19 a la mañana. Contenta por haber arrancado sus vacaciones, preparó unos muffins y se fue a visitar a un amigo que vive a unos 5 km de nuestro hogar. Lamentablemente, a escasos 200 mts del destino se encontró con el poste con la señal del tren. Según dicen los testigos, el poste se habría cruzado en el medio del camino sin anticipar su maniobra y es el responsable absoluto de la colisión! Jeje (hay que tomarlo con humor!!)
La realidad es que ella venía por la ruta principal y tenia que salir hacia la izquierda (recuerden que acá se maneja por la izq), y a 20 mts de la ruta, cruzar una vía. Al parecer dobló un poco rápido, y cuando se quiso acordar estaba arriba del poste! Para el que a esta altura se está preguntando si ella está bien, lógicamente no lo contaría así si se hubiese lastimado, pero por suerte el único damnificado fue el auto y el poste…
La verdad es que si bien el auto no andaba más (perdió toda el agua, probablemente por romperse el radiador), no estaba taaaan mal. El problema es que en 2 semanas debíamos emprender nuestra recorrida por el resto de Nueva Zelanda y el tiempo era muy justo como para arreglar el auto y venderlo. Así que después de tomar varios presupuesto y analizar diferentes alternativas, ella decidió que lo mejor era vender el auto a los autopartistas y liquidar algunas otras cosas por separado como para minimizar el costo y cerrar el tema simplemente como una anécdota tragi-cómica.

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