Esta vez voy a arrancar diferente, comunicando mi nueva
metodología, ya que entre la muerte de la notebook, el increíble retraso que
llevo con la subida de lo que escribo, la falta de voluntad para escribir y la
precaria internet del sudeste asiático vengo muy mal con el blog!
Si bien arranque a contar el viaje por la isla sur de Nueva
Zelanda de manera más extensa, ahora voy a hacer un post por cada lugar/país y
si después da, le meto más detalle y anécdotas pero sin darle bola a la
cronología! Dicho esto, retomemos el viaje por la isla sur (de las primeras
ciudades no voy a hablar porque ya lo hice en los post anteriores, pero si les
dejo un mapita con todos los lugares que conocí de la increíble Nueva Zelanda)
El lunes temprano por la mañana partimos rumbo a Dunedin,
pero como todo viaje el destino es solamente una circunstancia, así que
disfrutamos de cada lugar ayudados por la gran organización kiwi que señala
cada atracción con un cartel marrón en la ruta. El primer punto que paramos fue
Moeraki Boulders, una playa con unas rocas casi perfectamente redondas. Seguimos por
Tunnel Beach, una playa de grandes acantilados donde hace muchos años un tipo
que vivió ahí decidió tallar a mano un túnel que lo lleve hasta abajo del
acantilado…tremendo laburo! Finalmente, después de una breve pasada por la
península de Otago, llegamos a un “Holiday Park” (lugar donde estacionas y
enchufas la van para recargar las baterias, baños, cocina, etc), y donde
fundamentalmente tedríamos una de las cosas que mas disfrutamos durante el
viaje, una duchita caliente!!!
En la mañana siguiente nos dedicamos a recorrer la ciudad de
Dunedin y a visitar la fábrica de Cadbury, la cual no da para hablar mucho más…Willy
Wonka una decepción!! Continuamos cruzando desde la costa este hacia la oeste,
parando por la noche en un camping en el medio de la nada en Te Anau después de
haber pasado por Mirror Lake...solo miren la foto!!
Durante estos días recorrimos una de las rutas más
espectaculares de Nueva Zelanda. Hubo muchos lugares que me hicieron acordar a
la Patagonia, hay muchas similitudes en los paisajes pero con dos diferencias
claras: la magnitud de los paisajes del sur Argentino son significativamente
más grandes (parece ser una copia a escala), y lo otro que nos recuerda el
lugar en donde estamos es el estado de las rutas, los parques nacionales, y
todo lo referido a la infraestructura para el turista (además de los recursos y
la organización, lógicamente también ayuda el tamaño). En fin, dormir a 5
metros de la orilla de un lago en el medio de la nada, o despertarse, pasar la
mano por el vidrio para poder ver y encontrarse con una imponente montaña
nevada son cosas que instantáneamente te dibujan una sonrisa en la cara y te
dan energía sin importar el frió que haga.
Como frutilla del postre de este mágico rincón, hicimos un
paseo en barco por Milford Sound, uno de las grandes atracciones de la Isla.
Nuevamente recorriendo rutas soñadas al ritmo de un reggae neozelandés nos
fuimos rumbo a Queenstown, una mezcla de Bariloche y La Angostura, donde
llegamos justo cuando el sol nos despedía en el horizonte.
Con la llegada de un nuevo fin de semana, volvió el turno de
“la familia” (quienes se hicieron más de 1000 km por el finde, genios!), los pasteles de papa
comunitarios, algún vinito y otra salidona. El lugar ideal, la compañía siempre
es la mejor y se siguen sumando, temporada alta y….que más se puede pedir??
Snowboard gratis para recuperarse de la resaca? Noooo, es demasiado! Con esa
promesa, nos fuimos a Coronnet Peak, donde un nuevo amigo me presto todo el
equipo y me dio un par de tips, y si bien comi nieve como loco, lo disfrute a
pleno!!
Agradecidos a Dios por un nuevo fin de semana “extremo”,
como dirían los uruguayos, seguimos la recorrida civilizada…je. Para no sonar
repetitivo con la espectacularidad de los paisajes solo les dejo los nombres de
los lugares: Crownwell, Wanaka, Haast, Ship Creek, Knights Point. Cuando parece
que ya viste demasiado, algún nuevo atardecer de cuadro te sorprende.
Ya pasado el punto medio de la costa oeste, era la hora del
otro gran atractivo de la isla, los glaciares de Fox y Franz Joseph. Y acá voy
a dejar de lado las palabras de elogio, no se si es porque uno tiene la idea de
que un glaciar es el Perito Moreno (aunque aún no fui), o si me hablaron tanto
de estos lugares que tenia la expectativa muy alta, pero….no me sorprendieron
para nada. El Fox está bien, razonable….pero el Franz Joseph, que me perdonen
los neozelandeses pero si vuelvo a estar por ahí ni voy.
Los últimos tres días de viaje fueron pegando la vuelta en
el extremo norte de la isla, pasando por los siguientes lugares: Motueka,
Tekaka, Nelson, Marfells Beach, Abel Tasman National Park. Lugares muy lindos
de la “golden bay”, pero que lamentablemente no pudimos disfrutar en todo su
potencial ya que son sitios ideales para ir en verano. Finalmente pasamos por
la mini Peninsula de Valdez (Kaikoura), donde si bien no pudimos ver ballenas,
vimos infinidad de focas y lobos marinos. El último punto fue Hanmer Springs,
donde nos despertamos con todo congelado luego de una helada noche.
Para cerrar un viaje perfecto de 3300 km, llegamos al punto
de salida (Amberley - Christchurch) donde nos reencontramos con “la familia” y
después de improvisar una parrilla con una reja, armamos tremendo azadazo!!! Se
le puede pedir algo más a la vida??
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